Porque soy tan pequeña y este mundo es tan grande, que por mucho que grite no vas a escucharme. Aún ahora, tiemblo y reniego al oír tu nombre. Todo sobraba o no era bastante, y a quién le importa no es la cuestión. Hoy sonrío al recordar que soñabas con volar, desde los bancos de mi jardín no se puede ver el mar.Y me pregunto cada día, ¿no será esto cosa mía? Pero a veces, todo se cae y se desvanece, pensando que de aquella noche me separan muchas noches. Son las diez, ya pasadas, y abrazada a mi guitarra he creído ver tu cara en mi mano reflejada. Y así un día y otro día, sigues aquí, callado. Y es entonces que me doy cuenta. Es cuestión de saber mirar. Lo bueno empieza cuando te ríes hasta de ti. Sí. Déjate encontrar y déjate encantar. El alba me sorprendió contando las líneas de luz que dejan tus persianas. Los dos, entre tanto. Fuimos reflejos perdidos en la ventana. Siéndolo. Me tengo que conformar, no habrá señal ni lugar.
Y es que tú, simplemente.
Sé que es difícil encontrarte y que se crucen nuestros caminos. Guardarte en la caja fuerte de mi memoria. Con todo lo que necesito para sobrevivir. Súbitamente, en ti.
P♥
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